viernes, 21 de enero de 2011

Cabernet sauvignon, a ver si me recuerdan.

Durante décadas fue en la patria bicentenaria el rey de los tintos. Morigerado en sus ímpetus por el malbec y el merlot, dando vida al clásico corte argentino cabernet-malbec-merlot.

Como suele suceder en palacio, y aún más en palacio francés, el malbec se metió por la ventana del marketing y lo destronó. Así las nuevas generaciones miran a un costado al momento de elegir en góndola, influidas por el verso de que el malbec es el mejor vino argentino.

Pero cuidado, ese mismo marketing nos cambió el saludable tinto y soda por la coca, el queso y dulce por el cheese cake y el sandwich de lomito por el combo chatarra.

Aquí van algunos cabernets, dignos de ser, para que redescubran al tinto que envejece con más gloria, casi un Rolling Stone, a saber: Saint Felicien cosecha 2005, Ruttini 2006, Finca Gabrielli 2005, Norton Roble 2007.

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