lunes, 7 de marzo de 2011

Porque son tan caros los caros


Ciertos vinos son caros, muy caros. Pueden costarte tanto como tu sueldo de un mes, como el coche modelo 89 del que disponés o igualito que el departamento monoambiente que lograste adquirir gracias al credito de diez años que te consiguió tu cuñado. Y tu pregunta siempre es la misma, esos vinos tan caros ¿son tan ricos?
No es que quiera tranquilizarte, pero te cuento que el valor de esas botellas lo determina la escasez. Si sólo hay pocas botellas del "Bollinger" cosecha 1964 y muchos que quieran tenerla, el precio vuela sin límites. La escasez hace que las cosas se cotizen, igual que el amor incondicional, la lealtad o la compasión.
Después está todo el marketing: que las uvas fueron cosechadas a las tres de la mañana para que no se estresen, que la barrica fue hecha con roble macho de lo mas selecto de Alliers o que el enólogo perdió su último matrimonio por cuidar la fermentación maloláctica del Bonarda en cuestión.
No es lo mismo el tinto de damajuana que el "Misterio" de Ernesto Catena, pero tampoco es para tanto.

1 comentario:

Totito dijo...

Viva el Uvita...pasa el tetra hermano, no te lo tomes todo vos.....hic!