martes, 22 de marzo de 2011

El vino y tu circunstancia

Si tuviste un día fatal, de esos en que estás enojado con la vida o con vos, o con ambos, tu peor error será abrir un gran vino. Tu cabecita loca estará masticando estiercol y muy problablemente lo beberas rápido, casi a modo de relajante muscular.
Si es tu primera cita con ella o él y estás nervioso, pensando en no decir ninguna gansada, tampoco se te ocurrirá reparar en el vino.
Si te reunís con el grupo de inaptados que son tus amigos, esos que beben, comen y discuten sobre los pro y los contra de Cristina, todo al mismo tiempo, el vino pasará inadvertido.
Resumiendo, el disfrute de un gran vino está ligado a tu circunstancia. Como a Fellini, Breton o Chopin, al gran vino su serena circunstancia.

No hay comentarios.: